Escribir

Tomé una decisión. Pero primero una decisión fue tomada por mi. Yo nací escritora, desde que tengo uso de razón hacía historias. Mi mamá dice que dibujaba antes de saber escribir y que mis garabatos siempre tenían una narrativa y la contaba al enseñarlos.

Mi papá nos leía todas las noches, o por lo menos eso he querido recordar. Al escuchar historias, solo quería llegar a escribir las mías. Había libros tamaño biblia en el mueble alado de su cama y me acuerdo que devoraba uno por semana. Ya quería ser grande porque suponía que parte de ser adulto era leer y leer mucho. No podía esperar.

Luego cantaba, hacía historias en mi cabeza y las cantaba con voz de perico haciéndome la tonta mientras mi mamá me grababa. Aquí fue cuando empecé a tener conflicto entre mi personalidad y lo que escribía. En mi diario escribía mis oraciones y canciones católicas, si, yo hacía eso. Pensaba que escribir era algo demasiado formal, y yo era un perico, siempre hiperactiva, con cortadas en las rodillas y rodeada de más hombres que mujeres. Expresando mi yang en la vida y mi yin en las hojas. Sigo escribiendo canciones, esperando a toparme con una voz que las cante, eso ya llegará.

Hoy no separo una cosa de la otra, puedo vivir como quiera y escribir como me salga porque entiendo que las palabras no siempre vienen de mi, sino a través de mi. Esto pasa sobretodo cuando escribo de espiritualidad o las cosas que me dan calma, uso mi cabeza para escribir mi experiencia pero el resto viene de otra parte que solo me usa como canal para existir y que alguien más lo lea.

La decisión de escribir la tomé hace tiempo, la decisión de comprometerme a dedicarme a esto con todo el corazón la tomé hoy. Que me gustan y me puedo dedicar a mil otras cosas como oficio? sí, pero que he reconocido que es lo que más me importa hacer con mi vida, también.

La decisión incluye que voy a seguir tomándome mis suplementos diario, porque valoro mi claridad mental. Que voy a seguir consumiendo exclusivamente contenido que me sirva o me inspire, literalmente no stalkeo a mis exes, no pierdo tiempo comparándome con gente en instagram y si me cacho haciéndolo solo paro porque me acuerdo que estoy reservando mi energía mental para crear un camino que es único para mi. También quiere decir que usaré menos tiempo para instagram, que ahorita funciona como mi ventana al público. Me quiero concentrar en crear cosas de calidad que acompañen a las personas y mejoren su calidad de vida mental, física, creativa y espiritual. Y para eso, tengo que estarlo viviendo yo y se me facilita hacerlo cuando instagrameo a mi ritmo y sin estrategia. Voy a hacer algunos ‘‘flash content uploading moments’’ en vez de estar posteando a través del día y voy a responder menos DMs pero los que les sirvan a más personas. Se siente chistoso invitarlos a ver el backstage pero es lo que me sale natural y yo ya no peleo contra eso.

Lo publico no para meterme presión externa, que de hecho esa no me sirve de nada, mi arquetipo de personalidad es ‘‘rebel’’, fallo a dejarme presionar por las expectativas internas y externas. Lo publico porque hoy lo entiendo, lo acepto, lo abrazo y se siente bien tener tanta claridad con algo en medio de tanto caos. Y si con esto otros escritores se reconocen y se aceptan, mi trabajo está hecho. Porque pocas cosas llenan más que nutrir lo que ya tienes más que perseguir lo que te falta.

-María Andrea Guzmán