Self Love y Self Care

El tema de Self Love y Self Care se ha vuelto cada vez más común y parte de nuestra cultura digital. Visualmente a muchos se nos vendría a la cabeza tonos rosas, actitud de diva, masajes, uñas recién pintadas y otras cosas relacionadas a la feminidad. Cuidar tu imagen es parte del auto cuidado, sí, pero no creo que abarque ni el 10% de lo que en realidad es cuidarte y amarte.

He resumido mis primeros años en este camino de amor propio con una frase:

 

‘’Es más fácil cuidar algo que amas y amar algo que cuidas.’’

 

Me queda claro que mientras más cuidas lo que piensas, haces y consumes, más se facilita amarte, respetarte y presentarte al mundo de la mejor manera que puedes. Pasa hasta con la ropa, tus piezas favoritas reciben un cuidado extra, las guardas para cosas especiales y ponértelas es como ponerte tu mejor actitud en un simple cambio de tela. Practicar actos de cuidado personal tiene efecto parecido.

Vamos a hablar de algunas de las vías para practicar el amor propio y construir en nosotros un espacio de cuidado, descanso y ajuste. Porque aunque el amor sea aceptación, tenemos que aceptar que todos tenemos cosas que cambiar. Si empezamos con aceptación y objetividad sobre quienes somos, trabajamos desde un lugar en el que podemos ver que partes de nosotros están evitando que nos convirtamos y disfrutemos ser quienes somos en toda su totalidad. 

El camino al amor propio no es sinónimo de camino a la perfección. Nos seguiremos equivocando. El amor no nos libra de ser humanos pero nos da una fuerte herramienta para afrontarlo. Amarte es abordar y resolver los fallos y problemas desde un lugar de compasión en vez de culpa, de buscar reparo en vez de castigo.

 

Parte 1: DISCIPLINA

Somos seres emocionales y tendemos a tomar malas decisiones en los momentos que nos sentimos mal o nos falta motivación y se nos olvida por qué empezamos algo. Aquí es donde entra la disciplina que será la fuerza que te ayude a actuar acorde al resultado que quieres a largo plazo en vez de un sentimiento pasajero. La disciplina será tu mejor amiga, la vas a necesitar todos los días. Aunque el resultado se sienta suave, se necesita firmeza para tomar buenas decisiones que alimenten este proceso y decir que no a las que te alejen.

Haz una lista de las cosas que serán no negociables para ti, incluye las cosas que sabes que más necesitas en la etapa actual de tu vida y modifícala conforme vayan cambiando tus necesidades. Algunos ejemplos de no negociables serían:

- Hacer lista de gratitud diario en la mañana.
- No usar el celular la primera hora del día.
- Tomar 2 litros de agua diario.
- Comer algo hecho en casa y saludable mínimo en una de las comidas del día.
- Hacer mínimo 20 minutos de ejercicio al día.
- Leer 45 minutos.
- Pasar mínimo 1 hora al día sin checar redes sociales.
- Dormir con el celular en otro cuarto.
- Dejar limpios todos tus espacios antes de irte a dormir.

 

Puedes usar una hoja tipo calendario mensualmente donde pongas una tacha cada día que hiciste tus no negociables. Te motiva a hacer las cosas para poder tacharlas y da un sentimiento de satisfacción ver cómo se va creando una cadena motivándote a no romperla. No te esperes a sentirte bien para hacer las cosas, haz las cosas y te sentirás bien. 

 

Parte 2: LENGUAJE 

Las palabras más importantes que vas a escuchar son las que te dices a ti mismo. Tu dialogo interno refleja las creencias que tienes sobre ti y lo que es posible para tu vida. Te puede beneficiar o perjudicar dependiendo de cómo lo uses.

Todos tenemos múltiples voces viviendo dentro de nuestra cabeza, la nuestra, la de los adultos que escuchábamos de niños y nuestra intuición, la voz que espera ser escuchada mientras las demás gritan. Y aunque sea un programa que lleve años sonando, es importante que te hagas consciente de que tienes el poder de cambiar el diálogo y el tono de la voz que escuchas todos los días.

Lo primero sería volverte observador y escuchar de manera objetiva. Al distanciarte, podrás ver si las cosas que te dices  te empoderan y acercan a lo que quieres ser o si te desaniman y mantienen en una realidad que no te llena del todo.

Asegúrate de escoger palabras que refuercen el hecho de que eres responsable de tu vida y no una víctima de ella. Con la práctica te irás dando cuenta de qué ideas limitantes te haz estado repitiendo todo este tiempo y podrás corregirlo con tu vocabulario hasta que se establezca una nueva idea en su lugar. 

Puedes practicar cambiar tu vocabulario cada vez que te caches diciéndote algo que te haga sentir contraído y desanimado. La clave está en remplazarlo por algo que te empodere pero sea realista. Ejemplo: Decir ‘’Siempre rompo las dietas’’ es algo que te comunica que no tienes la habilidad de comprometerte a algo, que no tienes esperanza en mejorar esa área y habla de experiencias pasadas. Podrías decir ‘’estoy buscando una dieta que sea adecuada para mi y que me haga sentir bien’’ lo cual comunica que hasta ahora no la haz encontrado pero que estás actuando para encontrarla y te da la oportunidad de seguir tratando sin hacerte sentir mal.

 

Parte 3: AMBIENTES 

Todo lo que nos rodea afecta nuestra experiencia de vida, desde los lugares en los que estamos hasta las personas con las que convivimos. Dicen que nuestros espacios reflejan el estado de nuestra mente, mantener tus espacios limpios y organizados facilitará que vivas en un estado de orden y paz mental. Si te sientes abrumado y lo que te rodea es un desorden, empieza por organizar el caos externo y poco a poco verás como el interno se va acomodando también. 

Las personas que te rodean juegan un rol crucial en tu salud mental y tus emociones. Identifica con quién estás cuando mejor te sientes y cuáles son las cualidades que hacen que así sea. Rodéate de gente que te aprecie, respete y quiera lo mejor para ti y aprende a marcar límites sanos en dónde no sea así. Tampoco es que necesites fans pero si gente que te diga la verdad y te apoye a ser la persona que quieres ser. Asegúrate de abrirte y pedir consejo exclusivamente a las personas que admiras su manera de ver la vida y que procuran tu bienestar. No te expongas constantemente a ambientes en los que sientes que tienes que actuar o no puedes ser genuinamente tú. Tu eres el guardián de tu tiempo y energía y puedes escoger cuándo y con quién convivir dependiendo de qué te recarga y qué te drena.

 

Parte 4: SOLITÚD

Lo que tu aportas en tu ambiente también importa. A veces nosotros somos los tóxicos. Es importante que nos hagamos cargo de nuestros problemas emocionales y no los estemos proyectando y soltando en otra gente. Hay que saber cuándo tomarnos un tiempo para estar solos, respirar y recuperarnos antes de volver a salir a convivir con los demás. Tener prácticas que nos hagan sentir bien todos los días para que podamos existir en el mundo dando lo mejor de nosotros y permitiéndole a los demás hacer lo mismo. 

Mientras más nos queremos, más nos dejamos ser quienes somos auténticamente y a eso venimos. Hay que conocernos más, juzgarnos menos y disfrutar nuestra experiencia lo más que podamos.

 

-MARGUGA